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martes, 2 de septiembre de 2014

23 - Realidad Real: Importancia de los monopolios


Por el 0:46


Desde el punto de vista académico, un monopolio es una situación "anormal" de los mercados que le proporciona al empresario un gran poder de mercado. Pero de aplicarlo, no está previsto que dicha situación se mantenga en el tiempo; ya que si el empresario incrementa sus rentabilidades a un nivel absurdamente alto, es de esperar que las mismas generen incentivos a otras empresas para ingresar en el mercado a disfrutar de ellas.
Por lo que el simple hecho de que existan, y perduren en el tiempo, nos lleva a pensar que quizás desempeñen alguna función importante dentro de nuestra sociedad. Efectivamente, en muchos de los casos esto es así...
¿Jugamos Monopoly? Emiliano Pellegrino nos explica la importancia de los monopolios, ¿son tan malos? ¿es un mal necesario? ¿traen algún beneficio social? Todo esto y mucho más!



Importancia de la existencia de los monopolios

Un hombre empuja su auto hasta un hotel, en donde pierde todo su dinero. ¿Qué pudo haber pasado?
Esta es una de las tantas preguntas que, según los usuarios, la empresa internacional Google realiza a los aspirantes de un puesto de trabajo en dicha entidad. ¿Se les ocurre una respuesta? Antes de ingresar a la facultad de ciencias económicas de la UNaM, podría haber respondido, en mi ignorancia, a esta pregunta diciendo: "El hombre estaba jugando Monopoly". Lo cierto es que, en realidad, yo no tenía mucha idea de lo que significaba la palabra "monopolio", incluso luego de haber compartido tantas horas jugando al famoso juego de mesa en familia y con amigos, donde inclusive, nos peleábamos por ver quién usaba la ficha en forma de autito.

Del juego a la realidad real

Las reglas del Monopoly son simples, se recorren las calles de una ciudad cuadrada con muchas propiedades y empresas representadas en los casilleros, los jugadores mueven sus fichas a través del tablero tirando los dados cada turno. Quienes caen en las propiedades pueden adquirir el derecho de propiedad comprándolas a su precio de lista, con el objetivo de comenzar a percibir ingresos por dicha compra. Es un juego muy dinámico, en él puedes negociar con tus rivales, engañarlos, incrementar el valor de tus propiedades, ir a la carcel, etc. Pero todas tus decisiones deberás tomarlas con cuidado, ya que gana el jugador que ha logrado obtener el monopolio de la ciudad, esto es, ser el único propietario de todas y cada una de las empresas y propiedades del tablero.
Pero el juego no es más que una abstracción ingeniosa de la realidad, la cual, si me lo permiten, tiene muchos elementos en común. Un monopolio, por definición, se da en una situación en la cual existe un único productor de un bien o servicio determinado. Esta situación le proporciona al empresario, dueño del capital, un gran poder de mercado. En términos generales, el poder de mercado es aquella capacidad que tienen las empresas para poder influir en los precios de los productos que venden, y está determinado por características propias del bien, tales como su grado de sustituibilidad, el tamaño de la demanda, la cantidad de competidores reales o potenciales, etc. 
Desde el punto de vista de la microeconomía clásica, un monopolio es una situación "anormal" de los mercados, es una configuración estructural totalmente opuesta a la que, en economía, se conoce como Mercados de Competencia Perfecta, mundos paralelos que habitan el jardín del edén, en donde hay infinidad de productores de un bien o servicio determinado, donde ingresar al mercado es relativamente fácil, y en donde son los propios consumidores los que deciden el precio del producto en cuestión. Y vale aclarar que, si bien éstas palabras son algo metafóricas, no es más que una forma de enfatizar que, para nosotros los consumidores (tengan sentido de pertenencia, pues, todos lo somos), la competencia entre productores nos beneficia. Esto es así porque cada empresario busca que nosotros compremos su producto, y como deben enfrentarse a otros empresarios con los mismos deseos, la mejor forma (o al menos la más rápida y automática) es ofreciendo un precio más bajo para lograr captar un mayor número de compradores. Esto es, por supuesto, hablando mal y pronto. El precio es un indicador del nivel de escases de dicho bien o servicio, es de esperar que si aumenta la oferta de una industria, los precios bajen si se supone que la demanda es constante. Nos beneficia también que los productores ofrezcan bienes diferenciados, de mejor calidad, distribuidos de mejor manera en la sociedad, y entre otras cuestiones estratégicas que también contribuyen, en definitiva, al bienestar de los consumidores y sirven, además, de incentivos constantes a las empresas para mejorar su producción.

El malo de la película

Lo invito al lector a buscar la palabra "Monopolio" en un buscador de imágenes, en la web. Se pueden observar muchas imágenes de gordos gigantes y adinerados, que de alguna manera se ilustran como "malvados con esmoquin y sombrero". Lo cierto es que una situación de monopolio puede generar que el empresario pueda incrementar absurdamente su rentabilidad a costa de los consumidores. Decíamos anteriormente que ésta era una situación "anormal" de los mercados, porque justamente no está prevista que se mantenga en el tiempo, debido a que es de esperar que las altas rentabilidades que obtenga un monoproductor de un bien o servicio, genere incentivos a otras empresas a ingresar en el mercado y así poder disfrutar también de las rentabilidades altas. Sin embargo, por lo general existen barreras de ingreso a los mercados, ya sean naturales, como por ejemplo, costos de ingreso al mercado demasiados altos como para poder sostenerlos con tan solo un competidor, o legales, tales como concesiones estatales para la construcción pública o explotación de una actividad específica. 
El simple hecho de que existan, y perduren con el tiempo, nos lleva a pensar que quizás desempeñen alguna función importante dentro de nuestra sociedad. Efectivamente, en muchos de los casos esto es así, por ejemplo, resulta mucho más eficiente que sea una sola empresa la que administra y construye la red de tendidos eléctricos de un determinado territorio, pues no tendría ningún sentido que viniese otra empresa a colocar postes con cables alta tensión al lado de una empresa ya instalada. El mismo razonamiento puede aplicarse a empresas que demanden un nivel infraestructura bastante alto. Los empresarios, que esencialmente son movidos por el ánimo de lucro (según decía Adam Smith) a veces se ven forzados a concentrar el mercado en una sola empresa si consideran que no están en condiciones de competir entre pares, por lo que la consigna "si no puedes contra ellos, úneteles" podría funcionar relativamente bien. Además, como bien decía un profesor de política económica en una de sus recientes clases, citando a Coast: "Si los mercados son tan eficientes ¿Por qué las empresas se concentran en lugar de descentralizarse? ¿Por qué los empresarios concentran sus actividades productivas en lugar de repartirlas?" Williamson dirá luego, que eso se debe a que las empresas logran reducir sus costos de transacción.
Palabras más, palabras menos, hay que destacar que fundamentalmente quienes sufren por márgenes de precios monopólicos, son aquellos consumidores con menor poder adquisitivo, cuestión que lógicamente no les incumbe a los empresarios. Quizás por eso tienen tanta mala fama. Pero bueno, para eso también está el protagonista bueno de la película: El Estado. Es importante que exista cierta intervención estatal cuando hay presencia de situaciones monopólicas, ya sea para brindar un subsidio sobre los precios, con el fin de abastecer más demanda, para evitar prácticas abusivas de los productores frente a sus clientes, para ordenar la explotación de un recurso de manera eficiente (como suele ser el caso de la actividad minera y petrolera) y, hasta en casos extremos, para expropiar empresas (de manera correcta y debidamente justificada) a favor del interés nacional.
No obstante, si bien se justifica que bajo un régimen de desregulación, los monopolios son técnicamente ineficientes, hay que considerar que podrían ser eficientes de manera dinámica, en el sentido de que sus rentabilidades le permiten llevar adelante innovaciones de gran magnitud, de las cuales, se beneficia toda la sociedad, y que de no ser por el ánimo de lucro, quizás, nunca podrían haber sido llevadas a cabo.

Algunos casos para pensar por qué el monopolio es un mal necesario.

Vaca muerta: Como todos sabemos, en Argentina se ha encontrado una cantidad enorme de petróleo y gas (equivalente al 10 veces el PBI del país). Es propicio que el gobierno de turno le proporcione a una empresa el derecho de explotación de tales recursos, por un lado, para garantizar que dicha actividad resultará rentable tanto para la empresa dueña del capital, como para el Estado Argentino. No tendría sentido que varias empresas se instalen en los predios de vaca muerta y realicen sus respectivos posos de extracción, ya que estaría incrementando altamente los costos de producción, para una actividad que generará un flujo de ingresos durante muchos años.
Energía: Sin ir muy lejos, EMSA (Energía de Misiones S.A.) es una empresa estatal que tiene a su cargo (por ley) la compra, generación y distribución de energía del 62% de la energía de la provincia de Misiones (el 38% restante a cargo de cooperativas). Como ya hemos comentado antes, no habría ninguna razón lógica para que otra empresa comenzara a instalarse y tratase de competir con EMSA, por un lado porque demandaría un costo económico muy alto y además habría un alto costo social en términos de infraestructura y daño ambiental.
Transporte Público: Generalmente, es mucho más eficiente que los servicios de transporte público estén en manos de una o pocas empresas, imagínense ustedes una línea de transporte público con 20 empresas distintas. Tendríamos colas y colas de colectivos yendo y viniendo por las calles de la ciudad, cobrando precios de los boletos a precios extremadamente altos con tal de sustentar los costos de tal actividad, los cuales se minimizan reduciendo el número de empresas, ya que estas suelen presentar economías de escala.
Medios de comunicación: Mucho se habla en los medios respecto de "El monopolio de los medios de comunicación". No pretendo entrar en debate político, creo poder reservarme mi opinión personal respecto del tema, pero hay que aclarar que, en argentina, son muchas las empresas de medios de comunicación, pero son pocos los propietarios de las mismas. Esto hace que pocos grupos empresarios, incluido el gobierno, tengan el control sobre lo que justamente "se le comunica" a las personas. Por ello es menester que dichos grupos monopólicos estén sujetos a leyes antimonopólicas para garantizar la pluralidad de voces y fomentar el debate de cuestiones de interés público. También hay que considerar que toda la red de comunicación actual, en manos de grandes empresarios, quizás no podrían haber sido financiada sin esos márgenes de monopolio. Es un debate muy amplio, y no quiero extenderme sobre este tema.


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